Investigadores presentan hoy libro que incluye la reconstrucción virtual del héroe nacional; ¿cómo se veía?

La recreación virtual que presenta Artigas cara a cara (editorial Tres Marías), libro que se presenta hoy en la Feria del Libro de Montevideo, es la aproximación más científica que se ha hecho del rostro del Prócer hasta la fecha, según aseguran los autores Marciano Durán Rivero y Marciano Durán Laxague (padre e hijo, respectivamente). “Es una versión realista de un rostro de Artigas que por primera vez tiene validez científica”, dijo Durán Rivero.
A este retrato se llegó gracias al uso de herramientas de inteligencia artificial especializadas en la generación de rostros –principalmente una llamada Artbreeder– combinadas con software de retoque fotográfico que lograron, no solo la regresión en la edad, sino un acabado hiperrealista. El Artigas allí estampado, de ojos celestes, pelo oscuro y bien peinado, barba incipiente y vestido con su uniforme de los Blandengues, ronda los 60 años.
“Es una foto que impacta. Es emocionante verlo y saber que pudo haber sido así”, confesó Durán Rivero a El País.
Este Artigas parte del viejo dibujo de Demersay que en 2012 fue puesto de frente por Stephen Mancusi, un retratista forense estadounidense que tiene en su currículo haber trabajado en casos de alto perfil como asesinos seriales, los atentados del 11-S o el secuestro de Madeleine McCain y que participó a instancias del oncólogo uruguayo Osvaldo Arén. También hizo una versión más joven.

En su momento, Mancusi solicitó esa litografía, testimonios orales de la época y fotografías de descendientes (hijos y una bisnieta). Fue el primero en atender aspectos como “depresión de los temporales y parietales”, “amplitud de la bóveda frontal” o “la fuerza en las órbitas y el prognatismo”. Su creación luego se convirtió en un busto que fue llevado primero a la tridimensionalidad por el artista Fernando Foglino, responsable del Archivo Nacional del Patrimonio 3D, y luego a la materialidad por la fundición chilena Progreso que solo hizo dos piezas.

Respecto al nuevo rostro, los Durán escribieron en el libro: “De esto se trata: de reducir al prócer más grande del mundo de Minas y darle estatura humana. Se trata de transformar el bronce en carne, de bajarlo por un rato del altar. Se trata de desarmar los marcos y sacarlo de los cuadros; de sacarlo de la solemnidad de los himnos y de la muerte de los mausoleos; de invitarlo a bajar de esa meseta tan alta que pueda mojarse los pies en el Uruguay. Se trata de extenderle la mano para que baje de los pedestales de mármol de las plazas y se siente a conversar con la gente
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